Cleopatra, presumida emperatriz, escondía en su tiara un imán para retrasar el envejecimiento.
Magneto, el archienemigo de los X-Men, controlaba a las personas alterando los flujos magnéticos que recorren el cuerpo humano.
Desde Galeno y sus piedras imantadas, la magnetoterapia (aplicación de ondas magnéticas de baja frecuencia con finalidad terapéutica) está asociada a la salud humana.
«Bipolares son los imanes, tu eres un idiota que no sabe lo que quiere.»
Sigmund Freud
Un poco de historia
Muchas culturas ancestrales, entre las que se encuentran la china, la hindú, la árabe, la hebrea y las antiguas dinastías egipcias, utilizaban imanes por sus propiedades terapéuticas.
En el siglo III A.C., Aristóteles escribió acerca de las propiedades curativas de los imanes naturales, que llamaba «imanes blancos».
En el siglo I D.C., Plinio el Viejo, historiador romano, habló sobre la utilización de los imanes para curar los problemas oculares.
Durante ese mismo siglo, algunos geománticos chinos empezaron a documentar lo efectos sutiles del campo magnético terrestre en la salud humana y la enfermedad después de utilizar brújulas de gran precisión para la exploración de las condiciones geomagnéticas.
Un gran número de médicos y sanadores utilizaron los imanes para curar diferentes problemas médicos hasta el siglo XVI, cuando el célebre médico Paracelso no sólo abogó por los imanes para curar trastornos específicos, sino que además describió con detalle los diversos efectos curativos de las polaridades magnéticas en los seres vivos.
Paracelso fue uno de los primeros en postular que la propia Tierra era un gran imán.
En sus obras sobre terapia magnética, Paracelso defendía que el «imán es el rey de todos los secretos».
Sin embargo, no fue hasta finales del XVIII cuando el físico Anton Mesmer experimentó con una persona.
Del Mesmerismo al biomagnetismo
Franz Antón Mesmer entendía la curación magnética según una teoría astrológica según la cual el sol, la luna e incluso la tierra poseen energías magnéticas sutiles que pueden influir en el sistema nervioso humano y proporcionar energía al cuerpo.
Las teorías de Mesmer se asemejaban mucho a las de Paracelso.
Los dos afirmaban que existen un fluido magnético o una fuerza de la naturaleza invisible y sutil que se intercambia entre el cielo y la Tierra, y que dicha fuerza magnética puede curar y proporcionar energía a los seres vivos.
Aunque en su época Mesmer no lo sabía, hoy día, ya para muy pocos es un secreto que los seres vivos son capaces de generar campos magnéticos, y que nuestro ser más íntimo está impregnado de energía, electricidad, magnetismo, en fin, del Espíritu Divino.
Poseemos, aunque muy ínfima, una parte de esa chispa Divina del Creador mismo; somos parte de ese Gran Ser Divino Creador y Arquitecto de La Existencia.
Las observaciones de Mesmer dieron paso al de desarrollo médico del Biomagnetismo (la medición de los campos magnéticos generados por los propios seres vivos).
Fue hasta los años 80´s que gracias a los avances científicos se pudieron detectar y medir campos magnéticos emitidos por el organismo.
Aparecen entonces nuevas áreas de estudio como la magnetobiología y el biomagnetismo.
La magnetobiología estudia cómo los campos magnéticos afectan a los seres vivos, por ejemplo, como el magnetismo de la tierra orienta a los animales durante las migraciones o como las ondas magnéticas de baja frecuencia de celulares y electrodomésticos tienen efectos sobre la salud.
Por otro lado, el biomagnetismo mide y estudia los campos magnéticos producidos por los seres vivos.
Los descubrimientos en ambas áreas arrojaron luz sobre la influencia del magnetismo en la salud surgiendo así el biomagnetismo médico.
Una nueva terapia
El biomagnetismo apareció por primera vez en la Ciudad de México, en 1988 y fue descubierto por el médico Isaac Goiz.
Goiz perfeccionó esta técnica ancestral y creó “El Par Biomagnético“ que explica cómo la física del magnetismo puede ser usada para tratar padecimientos.
De acuerdo con el Dr. Goiz las enfermedades son producto de un desequilibrio en el Ph del cuerpo presentando mayor acidez o alcalinidad.
¿Qué es la terapia con imanes o biomagnetismo médico?
La terapia con imanes o biomagnetismo es un área médica que trata enfermedades equilibrando los campos magnéticos del organismo mediante imanes.
Su finalidad es variar el voltaje de las células que han sufrido una modificación de la energía derivada de una enfermedad.
La creación de un campo magnético mejora el riego sanguíneo y optimiza la oxigenación de los tejidos celulares.
La terapia con imanes lo que busca es ordenar las ondas eléctricas que generan nuestras células y crear un flujo regular y constante de energía dentro de nuestro cuerpo.
¿Cómo funciona la terapia con imanes?
Los microorganismos patógenos que atrapamos en nuestra vida, así como el estilo de vida, las dietas, el estrés, la falta de ejercicio, la edad, el estado emocional, los químicos, los agentes contaminantes entre otros alteran y desnivelan el PH de nuestro organismo.
Por lo que las enfermedades aparecen cuando hay un desequilibrio en las cargas iónicas normales del Ph haciéndolo más ácido o alcalino de lo que el cuerpo requiere.
El Ph ácido (0 – 6,5) permite la presencia de virus.
El Ph alcalino (7,5 – 14) permite la presencia de bacterias.
El biomagnetismo es un sistema terapéutico en el que se utilizan imanes de alta potencia para eliminar bacterias, virus, hongos y parásitos que son los causantes de casi todas las enfermedades.
Los imanes se aplican en diversas zonas del cuerpo, como si se tratara de un rastreo o escaneo.
Una vez reconocidos los microorganismos, el terapeuta aplica un conjunto de imanes en los puntos donde hacen resonancia los microorganismos para eliminarlos durante 30 minutos o más dependiendo de cada persona.
Algunos beneficios de los imanes
Los Beneficios de los imanes son cada vez más reconocidos y se ha ido sumando a tratamientos convencionales.
Con este método se puede dar tratamiento terapéutico a cualquier tipo de enfermedad, desde las más leves hasta las más complejas como cáncer, diabetes, VIH, esclerosis múltiple, lupus, fibromialgias, etc.
Cabe mencionar que el biomagnetismo es una terapia que no se queda únicamente en el plano físico, trabaja también la parte emocional y ayuda a mejorar el estado de ánimo y a eliminar estrés.
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