Existen diferentes tipos de mirada y por supuesto, todas y cada una de ellas tiene un significado diferente.
Los ojos son la parte más expresiva de nuestro cuerpo, son la puerta del alma.
Suelen denotar cariño, tristeza, enojo, cansancio, etc.
Por ejemplo, cuando estás enamorado, seguramente te quedaste viendo los ojos de tu amor por mucho tiempo e incluso le dijiste un “Te amo” con una mirada dulce.
«Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para llenar el corazón del que amamos.
Sor Teresa de Calcuta
De seguro que alguna vez escuchaste la frase: “si tus ojos fueran balas, me matarías”, a ese grado de rencor o maldad se expresan nuestros ojos.
«Si las miradas bastaran para matar, ya habríamos muerto hace tiempo.»
Friedrich Nietzsche
La mirada es absolutamente sincera.
La mirada te “delata”.
Por eso insistimos: la verdadera belleza reside en la mirada y no en los ojos.
La mirada sanadora, la que más se agradece
Hay miradas que se agradecen porque dicen más que mil palabras, transmitiendo aquello que la razón no alcanza a comprender.
Vienen del alma y el corazón, sinceras, plenas, íntegras.
«Hay un camino entre los ojos y el corazón que no pasa por el intelecto.»
G.K. Chesterton
Son miradas que ponen a girar la rueda de la gratitud porque están llenas de un agradecimiento que uno a su vez agradece de vuelta.
Posiblemente alguna vez hemos tenido la dicha de experimentar el poder sanador de una sola mirada.
¿Qué hubo en esa mirada que generó ese alivio en nuestro corazón?
¿Qué sucedió en ese contacto visual?
¿Qué es lo que hace que miradas como ésas sean tan consoladoras?
Todos anhelamos ser mirados con amor a pesar de todo lo que somos, y a pesar de todo lo que no somos.
Cura con tu mirada: mira a todo el mundo con alegría, porque cuando quieres para los demás lo mismo que quieres para ti, tus ojos hablarán de amor aunque no se escuche tu voz.
«El alma que hablar puede por los ojos, también puede besar con la mirada«
Gustavo Adolfo Bécquer
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